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Damir, by Amer Kapetanović

Damir, por Amer Kapetanović

 

«Esta es la única forma en la que el arte sobrevive: al cuestionarlo, por el factor sorpresa, cuando se le desafía»

 

Damir Imamović

Verdadero revolucionario del género.

Sabiduría, sensibilidad y amor por la experimentación.

 

Por César Campoy.

-Cuando escuchas la palabra «Sevdah», ¿qué sensaciones vienen a tu mente?
-He estado viviendo con ella toda mi vida, así que no es una cosa que me venga a la mente. Creo que es fundamental entender que el «Sevdah» cambió su alcance desde el siglo 19, cuando se formó la terminología a través de la cual hablamos acerca de la cultura tradicional de los Balcanes. Lo que solía ser «sólo un sentimiento» (del amor, la pérdida, la tristeza, la melancolía), hoy en día es un género artístico complejo que combina poesía y e influencias musicales de Oriente y Occidente.

-¿Cómo explicarías a alguien que no sabe nada sobre Sevdah qué significa y cómo se vive?
-Una de las cosas buenas del arte es que no es necesario explicarlo: ¡Tan sólo muestralo o deja a la gente que lo escuche! La gente reaccionará al instante y directamente, o no lo hará. Ninguna explicación les conectará a la música si la música, en sí misma, no conecta. Puedo tocar delante de un público que no entiende una palabra de las letras de Sevdah, y, de alguna manera, lo acaban entendiendo. ¡Ése es el poder del arte! Además, es el poder de Sevdah para superar cualquier moda ideológica o política del momento y atraer a las nuevas generaciones.

-¿Hay un límite en la experimentación y modernización del género?
-El Sevdah se convirtió en un género precisamente porque cambió en el pasado, porque buscaba nuevas maneras para adaptarse a las circunstancias cambiantes. Sevdah de hoy no es diferente: Cambia y se adapta a las exigencias de la vida contemporánea, pero también mantiene algunas formas antiguas vivas. Estoy de acuerdo con los críticos que no ven Sevdah en los intentos de muchos que utilizan esta nueva ola de interés por la música tradicional con el fin de hacer una carrera por sí mismos. Pero creo que las críticas de los conservadores van tan lejos como para rechazar cualquier cambio y tontamente creen que sólo sus melodías particulares son las que representan «EL» Sevdah. Lo hacen por su propia falta de conocimiento. Por lo tanto, mi respuesta es: No, no hay límite, pero sólo en la medida en que esos cambios se hagan con gusto, desde el conocimiento y la comprensión de los hechos pasados.

-¿Y cuáles son, para ti, los límites geográficos del Sevdah a la hora de buscar inspiración o referentes? A lo largo de la historia, ha habido canciones, consideradas sevdalinkas, a partir de melodías de tradición sefardí, serbia, macedonia, montenegrina, griega…
-Para mí, el Sevdah no es un mero repertorio, es decir, no se reduce a un número limitado de canciones sobre las que la gente discute. El Sevdah creció para ser un conjunto de formas estéticas, conceptuales y artísticas de conectar las costumbres orientales y occidentales de entender la música. De la misma manera, por ejemplo, que hizo el Rebético. Y se demostró que es tan fuerte que incluso puede partir de una canción completamente extraña, e interpretarla «a lo Sevdah». Yo traté de hacerlo con el famoso estándar de blues y jazz Summertime (publicado en el disco Damir Imamović Trio: Abrašević Live, Samizdat, 2008). Una cosa interesante que descubrí a partir de ese experimento es lo siguiente: Cuando tomas un género desarrollado a partir de una cultura dominante (por ejemplo, el jazz), y tocas en ese estilo una melodía tradicional de una cultura marginal (digamos, la bosnia) es socialmente y artísticamente aceptable, ¡incluso sofisticado! Pero cuando se invierte el procedimiento y tocas un estándar de jazz como una melodía de Sevdah, nuestra primera reacción es reír. La risa es un efecto de una alteración de lo esperado: ¡Nos reímos porque nuestra percepción nos falla! Dicho sea de paso, es también una forma de aprender; por evasión habitual, por evasión esperada. En ese marco es completamente irrelevante de dónde proviene la melodía. Por supuesto que el cuerpo principal del género se ha desarrollado en y alrededor de la actual Bosnia-Herzegovina, pero hemos de tener en cuenta que la geografía de aquella época era muy diferente. Las fronteras actuales de los países de la región son muy recientes y todavía tenemos que ver qué importancia tendrán para el desarrollo cultural.

With Hašim Muharemović, by Almin Zrno

Con Hašim Muharemović, por Almin Zrno

-¿Qué te ha dado, a nivel vital y profesional, el Sevdah?
-Yo entiendo la tradición del Sevdah como una escuela. Muchos artistas importantes del Sevdah son los «gigantes sobre cuyos hombros nos posamos», y debido a su trabajo podemos ver más allá y ser más fuertes de como lo seríamos como meros intérpretes individuales que partieran de cero. Incluso aunque haya gente que no acepta conscientemente que, hoy en día, canta Sevdah de una manera particular porque algunas personas antes que ella desarrollaron ese estilo. La vida de un artista de Sevdah es muy dinámica. Interpretas, ahondas y te sumerges en los viejos discos, archivos, pasas el rato con los cantantes y músicos veteranos, lees un montón de libros que son de relevancia para el género. Si quieres hacerlo bien, no se trata tan sólo de tocar y ya está. Y es hermoso.

-¿Y cómo crees que has podido contribuir a la historia del género?
-­Sería muy presuntuoso de mi parte plantearme esta cuestión. Empecé a tocar música profesionalmente en 2005, el próximo año llevaré sólo diez años de trabajo sobre el escenario. Soy muy consciente de que cultivar el Sevdah es una maratón y no un sprint. Hazme la misma pregunta dentro de veinte años.

-¿Estás de acuerdo con la etiqueta «Nuevo Sevdah», o crees que no se trata más que de una evolución lógica?
-No sé, la verdad. Han etiquetado lo que hago de muchas maneras: fusion sevdah, new sevdah, contemporary sevdah, ethno­jazz (este último me produce arcadas)… Pero por muy imprecisas que sean, creo son necesarias estas etiquetas para los organizadores de conciertos, promotores, festivales, periodistas… Todos ellos necesitan esas definiciones para mediar entre el público y los artistas. Me entristece decir que todavía no tenemos un nuevo lenguaje para enfrentarnos a la música tradicional de los Balcanes. Por eso las personas están atrapadas en un lenguaje superficial de «autenticidad» (en bosnio / croata / serbio: «izvornost»), el lenguaje que surge de 19 nacionalismos. Espero que tengamos la fuerza para superarlo.

-Las viejas generaciones, ¿entienden la modernización?
-Sí. Especialmente los artistas más veteranos que más contribuyeron a la evolución del género. Son conscientes de que lo que la gente hoy en día considera «auténtico» fue producto de su trabajo y de las generaciones más mayores. El Sevdah de hoy es el Sevdah codificado por Ismet Alajbegović Šerbo, Zaim Imamović, Emina Zečaj, Jozo Penava, Jovica Petković, Safet Isović, Nada Mamula, etc. Mis maestros han sido Spaso Berak (uno de los principales arreglistas de Himzo Polovina), mi padre Nedžad (bajista, compositor, cantante y productor), Emina Zečaj (la legendaria cantante), Hašim Muharemović (intérprete de saz y cantante, además de compositor), etc. Todas estas personas fueron siempre conscientes de la necesidad de cambiar y adoptar nuevos elementos. Realmente me entristece escuchar comentarios despectivos procedentes de artistas de segunda, que nunca fueron capaces de encontrar fuerzas para desarrollar su estilo más allá de la mera imitación. No son capaces de entender la necesidad que tienen las nuevas generaciones de desgarrar el Sevdah y volver a recomponerlo de nuevo. Esa es la única forma en en la que el arte sobrevive: al cuestionarlo, por el factor sorpresa, cuando se le desafía.

-Parece que el Sevdah atraviesa un buen momento en los últimos años. ¿Dónde está el futuro del género? ¿Hacia dónde debe dirigirse para sobrevivir?
-Vivimos muy buenos tiempos, pero, también, repletos de retos. Nunca supimos tanto sobre Sevdah, nunca tuvimos tantos archivos a nuestra disposición, nunca tuvimos tanta libertad para jugar con él. Además, el escenario internacional se ha abierto para que podamos encontrar audiencias en todo el mundo. Es fácil perderse en el camino y acabar adaptándose a las demandas del mercado. Lo que yo hago es aquello que creo que debería hacer: Volver a las formas tradicionales, la búsqueda de cabos sueltos, reconectarlo en una nueva red, escribir cosas nuevas, desafiarme a mí mismo constantemente a través de la cooperación con diversos artistas… Veremos si es un buen camino…

Damir Imamović Sevdah Takht, by Amer Kapetanović

Damir Imamović Sevdah Takht, por Amer Kapetanović

-A lo largo de la historia, ¿cuál crees que ha sido la mejor época para el Sevdah?
-Creo que todo el mundo estaría de acuerdo en que, hasta ahora, el momento más brillante artísticamente para el Sevdah fueron las tres décadas que van desde 1940 a 1970. El género, tal y como lo conocemos hoy en día (a pesar de todos los acontecimientos sucedidos antes de entonces) floreció con la ayuda de Radio Sarajevo y otras emisoras de la antigua Yugoslavia.

-¿Y la peor (por decadencia, vulgarización, arreglos o instrumentaciones sin sentido…)?
-Creo que se produjo después del florecimiento de la industria musical yugoslava. Se inició en 1960 y continuó durante toda la década de 1990. El nacionalismo surgido en la década de los 1990 y desarrollado en los años posteriores, tampoco ayudó al lado artístico del Sevdah.

-Hay quien afirma que el Sevdah, en algunos momentos, ha estado próximo al poder; incluso, quien habla de él como de una creación artística relacionada con las clases medias-altas. ¿Tiene ideología el Sevdah? ¿Es un género, definitivamente, del pueblo?
-No puedes controlar el arte, ideológicamente o de cualquier otra manera. Es una expresión de libertad, una libertad de sentir y pensar. Las disputas sobre el contenido ideológico del Sevdah son siempre peleas sobre la historia y el papel que el Sevdah tenía en ella. Supongo que es normal que haya un montón de interpretaciones. Pero es curioso ver cómo, a veces, la gente ve el Sevdah como una alabanza del patriarcado y otros valores conservadores. La razón por la que hacen esto es porque se limitan a la mera utilización de un lenguaje arcaico. Pero cuando miras más de cerca, la mayoría de las canciones del género son testigos contra los valores conservadores, ya que cuentan historias sobre la privación, el amor prohibido y un anhelo humano de ser libre. No se puede vincular todo esto a una clase particular, una etnia, una religión, un género…

-¿Llegará un momento en que el gran público (internacional) entenderá que el concepto «Música Balcánica» va más allá de turbo-folk y fanfarria?
-Hay una fuerte marca de «los Balcanes» en todo el mundo. Está basada en una vieja imagen que Europa tenía sobre su parte sureña: Lo turco, la fragmentada, siempre sumida en el caos, con todo el mundo borracho, con gente que vive el día a día. Muchos músicos populares utilizaron esta imagen y crearon proyectos relacionados con ella, incluso en el comienzo de los 90 del siglo pasado. Así es como lo vendes internacionalmente: Dándole a la gente lo que ya espera. Nadie va a comprar un disco de una banda de jazz de los Balcanes. Si vienes de los Balcanes tienes que tocar la trompeta en una fiesta de rakija [licor típico de la región]. La música de los Balcanes y sus fiestas han llegado a convertirse en una licencia para los europeos, bien educados, que se transforman y beben como locos una vez por semana. Cambiar esto a algo más se ha convertido en un desafío. Pero no me da miedo ese desafío. Cuando empecé, en 2005, nadie tocaba Sevdah para un público sentado. Eran los años en que los directos de Mostar Sevdah Reunion eran como una fiesta, y me di cuenta de que el hecho de que yo hiciera conciertos para un público sentado era la primera revolución que tenía que hacer.

-Tu Top 5 de sevdalinkas (canciones).
-Esto cambia constantemente en función de muchos factores diferentes, pero hoy en día es: Evo ovu rumen ružu, Vrbas voda nosila Jablana, Što te nema dragi da mi dođeš, Kolo igra na Kazanferiji y Kad sarhoši iz mejhane pođu.

-Tu Top 5 de intérpretes cantantes.
-Elijo teniendo en cuenta el valor artístico de su trabajo, y no el éxito popular y/o su influencia: Zaim Imamović, Emina Zečaj, Nada Mamula, Zuhdija Hasanagić y Himzo Polovina.

-Tu Top 5 de intérpretes instrumentistas.
Ismet Alajbegović Šerbo (acordeón), Jovica Petković (acordeón), Miki Petrović (violín), Selim Salihović (saz) y Muhamed Mešanović Hamić (saz).

-Tu Top 5 de compositores.
Jozo Penava, Ismet Alajbegović Šerbo, Rade Jovanović, Zaim Imamović y Jovica Petković.

 

 

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