Por César Campoy.
Nos sumergimos, de lleno, en una de las vertientes más puristas, sobrias y mágicas del Sevdah: la canción, a voz y saz. Y lo hacemos con una pieza tremendamente complicada, interpretada por un maestro de tan embriagador instrumento. Dvi’ planine viš’ Travnika grada es una composición de las consideradas populares, que también ha conocido alguna versión orquestada, pero que parece tener todas las características para figurar entre las obligadas para ser interpretadas a golpe de saz, un instrumento también conocido como bağlama, de claro origen oriental, y muy típico en países como Turquía, Irán o Irak; de hecho, fueron los persas quienes lo popularizaron, y el Imperio Otomano el encargado de exportarlo a muchas de las regiones que fue conquistando, entre ellas, efectivamente, Bosnia.
Como podrá adivinarse, se integra en la familia de los instrumentos de cuerda, y su largo mástil y peculiar sonido hace que haya quien lo asemeje al más popular sitar. Aunque sus características son diferentes, por supuesto, comparten la cualidad de proporcionar efectos increíblemente hipnóticos. Hašim Muharemović, licenciado en Medicina, es un cantante, compositor e intérprete tremendamente respetado. En la tradición de los grandes tocadores de saz como Muhamed Mešanović-Hamić o Selim Salihović, Hašim ha seguido divulgando el arte del saz en lo Sevdah, a partir de su profundo conocimiento de la historia, teoría y práctica de tan peculiar instrumento, desde su querida localidad de Srebrenik.

Un LP (y una tipografía) para la historia
Además, ha seguido actuando y componiendo, a partir de un estilo tan virtuoso como profundamente personal, que confiere a sus interpretaciones una dimensión totalmente desconcertante. Esa sapiencia y particular manera de ser le convirtieron en uno de los protagonistas del filme documental Sevdah, de la directora Marina Andree Škop. Por supuesto, a lo largo de su carrera, el gran Muharemović también ha venido acompañando a importantes artistas del género como, por ejemplo, Emina Ahmedhodžić-Zečaj.

Muharemović toca para Emina
En el repertorio editado por el maestro, podemos encontrar este Dvi’ planine viš’ Travnika grada en un LP publicado por el sello Jugoton, en 1978, titulado Na livadi, na serdžadi, absolutamente recomendable para todo aquel que quiera sumergirse en el universo saz. Además del tema que nos ocupa y del que da nombre al disco, también podemos encontrar en este vinilo algunas joyas como Srebrnika nema do Travnika, Pod Tuzlom se zeleni meraja o Pričala mi kona tvoja. Esta última, en su ejecución, demuestra, además de la habilidad de nuestro protagonista con el saz, las posibilidades del instrumento, así como el partido que ha sido capaz de sacarle el gran Hašim.
Profundizando un poco más en la esencia del tema que nos ocupa, Dvi’ planine viš’ Travnika grada parte de una introducción característica y pegadiza, muy frecuentada en el universo Sevdah, que da paso a la aguda y sufrida voz de Hašim, acompañada, como suele ocurrir con estas piezas por una melodía de saz que calca la línea vocal, a partir de un lento arrastrar de las frases, muy complicado. A base de continuos crescendos y diminuendos, va construyéndose un relato musical embriagador cuya letra nos traslada a la ciudad de Travnik (a unos 90 kilómetros de Sarajevo) y a uno de sus montes, Vilenica.

Promoviendo el saz en el siglo XXI
En cuanto a otras versiones gloriosas de esta composición, aquí es donde la cosa comienza a complicarse felizmente. En primer lugar, conviene aclarar que es harto complicado encontrar revisiones de verdadera calidad y maestría interpretativa porque, como hemos apuntado, se trata de una pieza increíblemente dura de afrontar. Bajo el título de Dvi’ planine viš’ Travnika grada, nosotros nos quedamos con una dignísima interpretación de un viejo conocido de Sevdalinkas, Safet Isović, sin ninguna duda, más popular y accesible, a partir de una orquesta de cuerda. Safet en plena forma (ese chorro de voz), con traje regional, decorado natural en la homenajeada zona de Travnik, y ese ligero toque de jota con que dotaba, en ocasiones, a algunos de sus temas consiguió firmar uno de sus éxitos más sonoros, llegando a un público más numeroso que Hašim Muharemović.

La revisión de Zehra
No obstante, como avanzábamos, a partir de aquí nos topamos con una agradable sorpresa. No es la primera vez que apuntamos que, bajo la misma melodía, es posible encontrar sevdalinkas ya no de diferente estilo o ejecución, sino también con diferente letra o diferente título. En este caso, bajo las notas que nos ocupan, pero con un texto y título que nada tienen que ver con este Dvi’ planine viš’ Travnika grada, la inmensa Zehra Deović firmó uno de sus éxitos más recordados, Dvije su se vode zavadile, que, sin duda, merecería un capítulo aparte de Sevdalinkas. Un disco editado por Jugoton en 1976 se abría con este tema, que también daba nombre al LP. En este caso, la señorial voz de Zehra encuentra su fiel aliado en una orquesta de acordeones comandada por otro viejo conocido, Ismet Alajbegović Šerbo, que también se encarga de los arreglos. Posteriormente, la propia Zehra registró otra versión de orquestación más moderna y (demasiado) llamativa, pero que, sin duda, es incomparable a la del 76.
Efectivamente, el significado de esta Dvije su se vode zavadile no tiene nada que ver con aquella Dvi’ planine viš’ Travnika grada. En este caso, el título se podría traducir por algo así como Dos aguas salvajes están peleando. Esas aguas forman parte de dos ríos: el Drina, y uno de sus afluentes, el Ćehotina, que riega la ciudad bosnia de Foča de donde, efectivamente, es nuestra intérprete. El Ćehotina le pregunta al Drina por qué está tan enrabietado y, para calmarlo, y sabiendo que acabará encontrándose con él se desmarca con un «yo convierto en azul medio Foča; espérame hasta mañana a mediodía y te entregaré en palacio de Aladzanska, y dentro del palacio, una bella mujer».
Pero, el asunto no se zanja aquí. La maravillosa historia que envuelve esta sevdalinka ofrece una nueva vuelta de tuerca a nuestra narración. La misma Zehra registró una nueva versión a partir de la misma estructura musical, de diferente título y letra. Gdje si, dragi, živa željo moja, de hecho, es otro clásico del Sevdah que han grabado figuras como Nada Mamula, Zumra Mulalić o Darinka Sekulić. Mucho más recientemente, el mismísimo Damir Imamović, en formato trío, decidió adaptar, de una manera más que interesante (ese toque de violín), esta pieza, logrando un efecto tremendamente embriagador.
¿Que todavía queremos más? Idéntica melodía de esta maravillosa pieza que nos ocupa construye otras insignes sevdalinkas. Entre ellas, U Šeheru kraj bistra Vrbasa (analizada en este foro), la impactante Kliknu vila sa vrha Porima (registrada por Himzo Polovina) o Kolika je Šeher Banja Luka. Esta última ha sido interpretada por las voces más conocidas del género, aunque tal vez la revisión más auténtica y mágica sea la realizada por Emina Zečaj, de nuevo, a base de voz y saz. También se atrevieron con ella Safet Isović o (¿no querían más?) un Zaim Imamović que incluso acaba variando la melodía original. Sin duda, se trata, seguro, del penúltimo capítulo de una composición mágica que ha evolucionado y deambulado por la historia de la música tradicional de una manera más que digna.
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