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Por César Campoy.

Composición de espíritu netamente melancólico, en manos de la increíble intérprete Zehra Deović, el tema que nos ocupa adquiere una dimensión de sensibilidad casi incomprensible. Zehra es una de las leyendas vivas más veneradas del Sevdah. Nació, a finales de los años 30 del siglo XX en la localidad bosnia de Foča y, a principios de los 60, siendo muy joven, se trasladó a Sarajevo, donde ya fijó su residencia. Precisamente, fue en la capital donde asentó las bases de su popularidad, revisando y registrando la práctica totalidad de las sevdalinkas más conocidas y tradicionales. Es una de las voces más premiadas del género, y buena parte de la veneración del respetable se la ha ganado a partir de una incesante actividad humanitaria.

Algunas de sus interpretaciones más sonadas tienen que ver con diversas versiones diferentes de clásicos como Da sam ptica, puesta al día, como ya hemos apuntado (y seguiremos viendo), por la nueva generación del Sevdah que encabezan Amira Medunjanin y Damir Imamović, o Dvije su se vode zavadile, composición que analizaremos, en otra entrega, más detenidamente.

Dotada de una energía evidente, y maestra a la hora de arrastrar y alargar frases, esta prima donna del Sevdah, como también es conocida, ha seguido publicando material discográfico hasta no hace mucho.

Canciones de Bosnia

Canciones de Bosnia

Zehra Deovic

Todavía en la brecha

Sobre S one strane Plive, es una de esas piezas consideradas patrimonio popular, debido a su carácter tradicional, y rinde homenaje a una zona determinada de Bosnia Central, el río Pliva, que discurre cerca de la bellísima localidad de Jajce, clave en el devenir del Consejo Antifascista de Liberación Nacional de Yugoslavia encabezado por Tito, porque en ella se celebró, el 29 de noviembre de 1943, su trascendental II Congreso, que definió las bases del futuro Estado. El título podría ser traducido al castellano como En la otra orilla del Pliva, y su letra es un ejemplo perfecto de lo que nosotros hemos calificado como «espíritu Sevdah», porque de él emana añoranza, nostalgia. Revisando las tres estrofas que construyen esta composición, podemos adivinar que, desde tierra extraña, recordando los verdes prados de la orilla del Pliva, donde pastan las ovejas, y lejos de allí, sin nadie conocido, ni familia, ni amada, el grado de soledad y dolor que se puede alcanzar es indescriptible.

La cadenciosa interpretación de Zehra, en la versión que nos ocupa, contribuye a que el sentimiento de agridulce melancolía, y casi resignación, perdure aupado en una instrumentación delicada, constante y serena, en la que el violín y el clarinete acompañan a la voz marcando melodía, segundas voces y transiciones, a partir de pinceladas sutiles.

Curiosamente, existe otra versión de este tema, S one strane Jajca, también interpretada por Zehra Deović, que incluye ligeras variaciones en la letra y el orden de las estrofas, así como, obviamente, en el título que, en esta ocasión, hace referencia a la mencionada ciudad de Jajce. Aquí, es el acordeón el instrumento recurrente, la melodía introductoria y de transición difieren, y podemos distinguir algún elemento de percusión.

Jajce

Jajce paradisíaco

Como era de prever, a una composición de tamaña categoría no podían faltarle pretendientes. Las interpretaciones de S one strane Plive a lo largo de la historia son innumerables. Destacamos, aquí, algunas de ellas como la de la temperamental Silvana Armenulić, o la de Beba Selimović, así como otras, ya muy alejadas del espíritu Sevdah, como la del efusivo Rade Vučković, repleta de orquestaciones setenteras.

No obstante, la versión más peculiar y controvertida es la que realizó la megaestrella bosnia del pop Dino Merlin, en 1992, poco después de que Bosnia-Herzegovina declarara su independencia y estallara la guerra. A partir de la melodía de nuestra pieza protagonista, Merlin elaboró una letra y confeccionó el himno oficial del país hasta 1998: Jedna si jedina (algo así como Una y única). Pese a que todavía hay quien sigue considerándolo himno nacional legítimo, desde mediados del 99, fue sustituido, oficialmente, por una nueva composición, por lo visto, debido a que algunas etnias del Estado decían no sentirse representadas por su letra.

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