Por César Campoy.
La Deović es una de las voces más reputadas y fiables de la historia de la sevdalinka. Sobre ella ya profundizamos desde este foro, y ante ella seguimos rindiendo pleitesía. Nacida en Foča, siendo muy joven llegó hasta la capital bosnia donde comenzó a ganarse la vida, muy pronto, merced a su personalísima manera de abordar los sones tradicionales de la región, repleta de fuerza, entereza y un empuje abrumador.
Resulta complicado encontrar la referencia exacta, así como el año de grabación, por parte de Zehra, del tema que nos ocupa, aunque teniendo en cuenta que se convirtió en una de las voces femeninas más habituales de la esencial Radio Sarajevo, es muy probable que esta versión forme parte de una de las miles de sesiones registradas en la emisora.

Zehra, posando con naturalidad
Ello, no obstante, no nos hace desistir en el hecho de seleccionar la versión que la Deović se marcó de este Bere cura plav’ jorgovan, creado por uno de los compositores, instrumentistas, arreglistas y productores más míticos de nuestro amado género: el imprescindible Jozo Penava. Nacido en 1909 en Palež, sin él sería imposible entender parte de la tradición sonora folclórica de los Balcanes de la segunda mitad del siglo XX. Fundador, precisamente, de Radio Sarajevo (de nuevo, la más que probable conexión entre la emisora, Zehra y Penava), fue uno de los directores de su orquesta durante más de dos décadas. El gran Jozo trabajó, a lo largo de su vida (falleció en Sarajevo en el año 1987) con y para artistas de la talla de Safet Isović, Zaim Imamović, Nada Mamula, Himzo Polovina, Beba Selimović, Zora Dubljević, Nedžad Salković, Silvana Armenulić, Meho Puzić, Husein Kurtagić… y/o, evidentemente, nuestra Zehra Deović. En definitiva, si no grabaste un tema compuesto por Penava o éste no arregló una de tus interpretaciones, es posible que no formes parte de la constelación de estrellas de la sevdalinka. Sin duda, el nombre de Jozo figura en lo más profundo de los cimientos del universo Sevdah.

Zehra canta a Jozo Penava
Como era de prever, no fue ésta la única ocasión en que Zehra y Penava coincidieron profesionalmente. Lo hicieron, también, en producciones como aquel Pjesme iz Bosne, de 1962, en el que el segundo firmaba el tema que cerraba el vinilo, Haj, jedva čekam da se mrak navuče. Un año más tarde, la fusión entre ambos artistas ya era, prácticamente, total. A través de Jugoton veía la luz un epé en el que Jozo rubricaba las cuatro canciones que interpretaba Deović: Oj, Igman, Uzalud se mi voljesmo (en solitario), y Sarajevo, behara ti tvoga y Slavuj pjeva na beharli grani (en compañía del también intérprete y compositor Zaim Imamović) Ese mismo 1963, por si esto fuera poco, el dúo volvió a coincidir en el sencillo compuesto por Ja prošetah čaršijom y Znaš kad sam ti ljubav darivala.
El título de la creación que hoy llena nuestros corazones podría traducirse como Una chica recoge la lila azul. Estamos ante una canción de amor, al estilo sevdalinka, prácticamente de manual, a partir de una letra impactante, de ésas que con tanta facilidad han sido capaces de cultivar los compositores de sones tradicionales de medio mundo. En tan triste sonata, una joven, mirando a la flor cortada le dice: «Te marchitarás antes de que pueda adornar a mi amado contigo«. Al parecer, la fémina bromeó con el mozalbete asegurándole que se había enamorado de otro. Éste, desairado, dejó de visitarla, y comenzó a cortejar a otras chicas. Acto seguido, la apenada adolescente se muestra, prácticamente, desesperada, y en un último intento de arreglar las cosas, lanza al chico una llamada de auxilio, advirtiéndole de que ha llegado a enfermar, y que no bromea, porque el corazón nunca es capaz de mentir.

Zehra, en los 80
En cuanto a la interpretación que os ocupa, Zehra se hace acompañar, única y exclusivamente, por una orquesta de pulso y púa (más en concreto, de tamburicas, que dirían en tierras balcánicas). Una sencilla pero efectiva introducción en la que tambura y guitarra marcan perfectamente los tiempos (el de la última, con su combinación bajo-acorde, a modo de pinza, es de cajón), preparan al oyente para la abrumadora llegada de la Deović: serena, casi melancólica, pero segurísima y altiva. Las estrofas y estribillos vocales van alternándose con ese colchón instrumental que no cesa en ningún momento. Alguna tambura imita las notas que desprende con maestría la diva, mientras otras acompañan con una segunda voz. A su aire, Zehra se mantiene digna y constante, sin altibajos, hasta un final que, como mandan los cánones, llega a partir de una pequeña ralentización.

Nada y uno de sus discos imprescindibles
Sin duda alguna, la versión más conocida de este Bere cura plav’ jorgovan la registró, en 1965 (vía PGP RTB) la inmensa Nada Mamula. Encabezaba la creación un epé de cuatro temas, en el que la diva se hacía acompañar por el sexteto de otro mago balcánico del acordeón, Dušan Radetić, que a lo largo de su carrera grabó con las figuras más importantes del género. Esta producción de la Mamula (que volvió a entrar en el estudio, posteriormente, para revisitar de nuevo esta pieza) evidenciaba el poderío vocal de una intérprete de voz grave y contundente, al servicio, en esta ocasión, de una puesta en escena dramática y sentida.
Tampoco pudieron resistirse a caer rendidas bajo la ensoñación de tan magna composición del amigo Penava otras voces femeninas de la zona como la serbia Vera Ivković (a partir de una revisión bastante digna), o la siempre solvente (y también serbia) Lepa Lukić. Ambas siguieron confiando en el apoyo principal del acordeón (Vera, ayudándose, también, de una orquestación más ambiciosa) para acunar este magnífico Bere cura plav’ jorgovan.
Hvala lijepo: Marc.