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Por César Campoy.

Siempre es un placer descubrir y presentar sevdalinkas tan bellas como poco frecuentadas. Esta es una de ellas, además, ideada porRade Jovanović, el artista de Goražde, hombre de trágico existir, pilar incontestable del Sevdah moderno, y padre de joyas como (agárrense) Na obali DrineJablani se povijajuKad sretneš HankuNe pitaj me stara majko y, sobre todo (fíjense), la eterna e inabarcable Negdje u daljine. Casi medio millar de partituras se le atribuyen a un Rade que, en Zaim, encontró un buen amigo que, además, grabó varias de sus creaciones. Una de ellas, evidentemente, fue este Kaži mi druže, bol i jad, que cerraba (como Kaži, druže, bol i jad) un espléndido epé editado (en primera tirada), en 1963, por Jugoton. El vinilo se abría con el Sve behara i sve cvjeta(titulado, erróneamente, Sve behara i sve cvate) del propio Zaim Nikola Škrba, y se completaba con el Kaži, namko, otkud si (de Jozo Penava) y el Srušila se kula, también de Imamović. El acompañamiento musical corría a cargo de otro inseparable de ZaimIsmet Alajbegović Šerbo, al frente de su Narodni Orkestar.

¡Leyenda!

Todos ellos ponen en pie un verdadero monumento repleto de melancolía y sentimientos agridulces, que se abre con una introducción de manual. Una vez se incorpora la voz, esta, acordeón, violín y tamburica caminan juntos, apesadumbrados, con una resignación que pone los pelos de punta. Cuando quedan solos, todos los instrumentos van turnándose a la hora de decir la suya. Mientras tanto, Zaim espera el momento de seguir narrando, con sensibilidad contenida, pero efectiva, lo recogido en un tema cuyo título podríamos traducir como Dime, amigo, y, en el cual, quien interpela se interesa por los motivos que han llevado a su compañero a pasar las noches en vela y lucir un rostro y una pinta un tanto descuidados. ¿Las razones? Pues que solo se es joven una vez y los amores suelen ser pasajeros. Su condición de tema no excesivamente popular, como avanzábamos, han hecho de este Kaži mi druže, bol i jaduna pieza poco frecuentada en los estudios de grabación. Eso sí, es cierto que parte de las nuevas generaciones han descubierto en ella un potencial indiscutible. De hecho, a lo largo del siglo XXI la han abordado, entre otros, artistas como Elvir Bandić (en solitario o con la Sarajevo Jazz Guerrilla).

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