Por César Campoy.
Lo explica, a la perfección, Damir Imamović, en su imprescindible volumen Sevdah (Vrijeme, 2017). Las primeras grabaciones relacionadas con el Sevdah surgen en torno a 1907, y es, en el periodo de entreguerras, cuando voces provenientes del bel canto, comienzan a registrar muchos de los pioneros documentos sonoros de los que se tiene constancia. Nos referimos a figuras como Mijat Mijatović, Bora Janjić, Sofka Nikolić o Vuka Šeherović. Ellos evidencian esa influencia interpretativa clásica (enseguida aparecerían, modernizando levemente el registro, Sulejman Džakić, Rešad Bešlagić y Vukašin-Vule Jevtić). Casi todo estaba por inventar, moldear y definir, mientras va viendo la luz la mayoría de estos discos, grabados en las principales capitales europeas y brindados por sellos como His Master’s Voice, Victor, Columbia, Pathé Actuelle, Odeon o Decca. No obstante, también en los gramófonos de tierras norteamericanas se dejaban sonar las sevdalinkas, en particular, y la música tradicional yugoslava, en general. La demanda de la numerosa colonia repartida por los Estados Unidos era tal, que, tanto músicos nacidos en aquel continente (de ascendencia balcánica), como artistas que se aventuraban a cruzar el charco, grabaron, en aquellas tierras, innumerables referencias, muchas de ellas, servidas a base de tamburica. En este último grupo de pioneros internacionales nos topamos con nombres como los de Vinka Ellesin o nuestro protagonista de hoy, el inefable Edo Ljubić.

Un joven Edo
Mientras que la primera nació en Ohio, en el seno de una familia de emigrantes serbios, Edo vino al mundo, en 1912, en Donji Vakuf, territorio, hoy, de la Federación de Bosnia-Herzegovina, pero que, en aquel momento, formaba parte de los dominios Austro-húngaros. Apasionado de los instrumentos de cuerda, a los 14 años ya lideraba su propia orquesta de tamburicas. Emprendedor y valiente como pocos, en los años 30, además de protagonizar la primera película sonora bosnia (Ljuvab u Sarajevo, dirigida por Nikola Drakulić) comenzó a girar por toda Europa y los Estados Unidos. Allí le pilló la II Guerra Mundial, y decidió que aquella sería su segunda patria durante el resto de su vida. Adaptó su apellido al contexto (Lubich) y se hinchó a grabar discos, sobre todo, con Victor y Columbia, hasta convertirse en la figura mundial más conocida en su especialidad.

Edo y su guitarra, a principios de los 60
Más de 70 años dedicados a la música, durante los cuales, pese a que estableció su sede en California, giró, periódicamente, por Europa y su estimada Yugoslavia donde, bajo las órdenes de Vesna Ljubić, volvió a aparecer en la gran pantalla, en un recordado cameo en el filme Posljednji skretničar uzanog kolosijeka (1986). Lo hacía, acompañado de su inseparable instrumento (aquí, en torno al minuto 40), curiosamente, medio siglo después de su concurso en aquella primera histórica cinta. Ese mismo año, la Tamburitza Association of America reconoció su tremenda trayectoria artística otorgándole un lugar de honor en su salón de la fama. Edo nos dejó en 1993, en su residencia de Santa Bárbara. En el recuerdo de todos, esa particular manera de proyectar su voz, su maestría con la tamburica, el buen rollo que siempre desprendió, y esa elegancia y dignidad propia de artistas de otra época.

El origen de todo
Od kako sam sevdah svezo, también identificada como Haj, otkako sam sevdah svezo o, en su versión más estandarizada dentro de los tratados del género y de las referencias discográficas, Otkako sam sevdah svez’o, es una antigua pieza firmemente arraigada en el folclore bosnio. Con toda probabilidad, la grabación llevada a cabo por Ljubić sea la más antigua que se conserva. Registrada en Chicago, el 16 de diciembre de 1941, fue publicada, pocas semanas después, por el sello Victor en formato sencillo de 78 RPM, como cara B del tema Mezimica. En aquella sesión, Edo, que siempre se rodeó de las mejores orquestas de tamburica de los Estados Unidos, buscó la complicidad de los populares hermanos Kapugi, liderados por el incansable Martin, acompañado de sus inseparables Frank, Louis y Adam. Los Kapugi eran los amos de Chicago: frecuentes apariciones en la radio y televisión, su The Tamburitza Cafe convertido en centro de saraos… En esta ocasión, una vez más, se ponen al servicio de un Edo que se encarga de los arreglos, mientras también se unen a la fiesta Djoko Dokić (también conocido como George Dokich) y, al violín, su hijo Milovan (Melvin), otras dos fieras pardas, habituales de los estudios más renombrados y los escenarios más reputados.

Zaim, tras la pista de Ljubić
Para toparnos con la siguiente versión registrada de esta joya ya tendríamos que trasladarnos a 1953. El encargado de enfrentarse a ella fue Zaim Imamović, una de las voces que mejor supo mimar este tema, y que logró hacerlo tan suyo que, para muchos, no hay interpretación (o interpretaciones, como luego veremos) más intensa que la suya. La referencia la encontramos en el sencillo publicado por Jugoton, encabezado por otro clásico, Mujo kuje konja po mjesecu. Al acordeón, su inseparable Ismet Alajbegović Šerbo. Recordemos que, en aquel momento, ambos eran el dúo más solicitado de Radio Sarajevo y los que partían el bacalao.

Los hermanos Kapugi, listos para la acción
¿Cómo podríamos traducir este Od kako sam sevdah svezo? Ljubić, en la galleta de su grabación, entiende que su significado, en inglés, sería Since I am in love. Existen diversas letras disponibles, que varían, sobre todo, a partir de la segunda mitad del tema. Nosotros nos ceñiremos al texto que figura en los manuales; el más estandarizado. Evidentemente, nos encontramos ante una pieza de amor, que, en castellano, vendría a rezar algo así como Desde que estoy ligado al sevdah (efectivamente, podríamos llevárnoslo al Desde que estoy enamorado o Desde que estoy embrujado). El narrador en cuestión es claro: Desde entonces, nunca ha estado en paz y alberga mucho dolor. «Deambulé por todo el mundo, como una abeja de flor en flor. He visto de todo, pero mi interés por ti permanece. No he bebido bebidas tan dulces como el más dulce šerbet (un sirope proveniente de Oriente Medio) que tu boca da, ¡escucha, Mejrima, amada mía!«.

Safet, buscando inspiración
En cuanto a la interpretación que nos ocupa, nos encontramos ante una ejecución repleta de frescura, pizpiretos giros y arreglos trabajados. Un ejercicio de virtuosismo muy típico, tanto de la cosecha sonora del señor Ljubić, como de los ritmos balcánicos ejecutados por orquestas de tamburica en territorio estadounidense. Por supuesto, la peculiar técnica vocal empleada por Edo también lleva impresa la marca de la casa. Abren la puerta las cuerdas de los hermanos Kapugi. Inmediatamente, entra el cantante con ese simpático registro repleto de modulaciones buscadas y pronunciaciones forzadas. En el ecuador, hace acto de presencia el alocado violín de Melvin Dokić, que jugará con Ljubić, sin apenas descanso, hasta el final de la canción.

Imamović, en 1975
La condición de pieza histórica indiscutible de este Od kako sam sevdah svezo no se discute. Durante más de tres décadas, dos gigantes del género establecieron un sano pique de resultados dignos. Si, como hemos visto, Zaim ya dijo la suya en 1953, en 1962 Safet Isović se alió con el magno sexteto liderado por Dušan Radetić para publicar, vía PGP RTB, un epé en el que también podíamos encontrar los temas Gornju Tuzlu, opasala guja, Mislio sam svaki dan y Kad ja pođoh draga od Saraj’va grada. Justo 20 años después, el propio Safet volvía a darse un homenaje e incluía Haj od kako sam sevdah svezo en su elepé Sevdalinke (Diskoton), bajo el auspicio de Ismet Alajbegović Šerbo y la orquesta de la radiotelevisión de Sarajevo.

Nedeljko, poniendo paz
Mientras tanto, Imamović fue contraatacando, en 1975 y en 1988. En la primera ocasión (Od kako sam sevdah svez’o), junto a la Ansambl Bokija Miloševića, a través del larga duración Ašikuje Adem-aga servido por PGP RTB. Años después (con la forma Od kako sam sevdah svezo, que también daba título al disco), auspiciado por Jugoton y el ubicuo Ismet Alajbegović Šerbo. Entre medias, el siempre cordial Nedeljko Bilkić que, en 1980, en su Narodni melos Bosne in Hercegovine (ZKP RTVL), incluyó una elegante revisión que él titulo Aj, od kako sam sevdah svezo, en compañía de Radojka y Tine Živković.