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Por César Campoy.

No hay mejor manera de volver a reivindicar la figura del Doctor Himzo Polovina, que haciéndolo a partir de una de las criaturas del Sevdah más comerciales y queridas por el gran público. Sobre el inmenso Polovina, poco más podemos añadir a aquello que destacamos en la primera entrada de Sevdalinkas, cuando recuperamos aquella mítica interpretación del clásico Kad ja pođoh na Bembašu. Pocos amantes de la tradición sonora balcánica podrán negar que este prestigioso neuropsiquiatra de voz privilegiada representa una de las vertientes más didácticas, serias y elegantes del género, y que integra, sin duda, una de las columnas donde se asienta lo Sevdah. Dotado de una personalidad afable, ponía su total empeño en toda aquella aventura en la que se embarcara. Junto a la Medicina, su otra cruzada fue la recuperación de piezas tradicionales de la música de su país. Este marchoso Mila majko, šalji me na vodu, sin duda, es un buen ejemplo.

Madurez

Madurez

 Posiblemente, Mila majko, šalji me na vodu esté considerada una de las piezas elementales del repertorio del mago Polovina. Las diversas interpretaciones de Himzo aparecen en diferentes recopilatorios, tanto del genial artista, como del género. De hecho, este popular titulo eclosiona en un par de momentos importantes de la carrera discográfica de nuestro admirado intérprete. En 1969, bajo la marca Jugoton, nuestro protagonista publica un sencillo que encabeza el tema que nos ocupa. La cara B se completa con U sutonu jedne proljetne noći, una creación en las antípodas de Mila majko, šalji me na vodu. Tanto los arreglos de estas dos piezas folclóricas, como la orquesta que acompaña a Polovina, son cosa de Spaso Berak, reputado compositor, intérprete y arreglista como ya hemos podido comprobar desde Sevdalinkas. Unos años después, en 1982, también Jugoton vuelve a recuperar este clásico en otro vinilo en el que Berak (al que se une la orquesta de Ratomir Petković) repite en unos créditos que completa una simpática Djevojka je zelen bor sadila. La versión que hemos elegido como referente es, precisamente, ésta, la del 82: rotunda, pero limada en aspereza con el peculiar timbre de voz de Himzo. Rica en instrumentación, pegadiza y, pese a todo, clara representante de un estilo folclórico. Aquélla del 69, sin embargo, es un tanto más jovial y, tal vez, con un componente tradicional menor.

Juventud

Juventud

 La traducción literal del título de nuestra pieza protagonista vendría a ser algo así como Querida madre, envíame a por agua. En la canción, una hija le pide a su madre que le envíe a por agua al manantial. No es que la moza sea servicial y se muera por hacer las tareas del hogar. Se trata de una excusa para visitar a su amado. Una vez la madre accede, la joven emprende pizpireta su camino y, a lo largo de éste, entabla una conversación con la luna. Una especie de diálogo repleto de poesía y misticismo que, al final, esconde una sorpresa no muy agradable para la chiquilla, cuando ésta pregunta a la Luna: «Dime si mi querido me engaña, si está deseando que yo llegue». El satélite, se muestra cruel, y, ni corto ni perezoso le replica: «Oh, niña, tú estás llena de encanto, pero tu chico te está engañando cerca del manantial«. Un palo, vamos.

Finalmente, como hemos venido viendo en las diferentes entregas de Sevdalinkas, ante un clásico del género son muchas las voces que se atreven a intentar reivindicar su belleza. Con Mila majko, šalji me na vodu, evidentemente, ha venido pasando lo mismo a lo largo de varias décadas. De la archiconocida Hanka Paldum, a Zorica Minić, pasando por innumerables formaciones de las últimas décadas entre las que destacamos, como era de prever, a Mostar Sevdah Reunion (o una de sus variantes, mejor dicho), que rindieron, al tema que nos ocupa, un particular homenaje repleto de renovación sonora, en su disco Emina, de 2007.

No obstante, coincidiremos en convenir que pocas gargantas como las del Doctor Polovina eran capaces de sacarle un partido tan espectacular a uno de los temas más populares de la historia del Sevdah. Cerraremos esta entrada, de hecho, con un documento que así lo atestigua: una interpretación de Mila majko, šalji me na vodu, en directo, de los años 80, de un inmenso Himzo en estado de gracia, pese a que ya no era un chiquillo.

Hvala lijepo: Džana.

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