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Por César Campoy.

Cuarenta añitos acababa de cumplir Beba Selimović (nacida Izeta) cuando Jugoton publicó su elepé Od Sevdaha goreg jada nema. Nada menos que dos décadas como profesional de la canción llevaba esta respetadísima artista de Trebinje, a esas alturas, ya consagrada como una de las más grandes del género. Corría el 1979 y, en una década, está gran vocalista abandonaría, oficialmente, el mundo de la música, en una muestra supina de dignidad. Hasta ese momento todavía tendría tiempo de brindar diversos discos pequeños, así como los elepés Gorom jezde kićeni svatovi (Jugoton, 1988), U srcu mome živiš samo ti (Jugoton, 1984), Sve behara… (ZKP RTVL, 1981) o el mencionado Od Sevdaha goreg jada nema, en el cual se marcaba algunos temas populares con la inestimable ayuda de un Ismet Alajbegović Šerbo que se encarga, tanto de los arreglos, como de dirigir a la Narodni Orkestar de la radiotelevisión de Sarajevo. En la producción, curiosamente, se situaba Ratomir Petković

Contra de ‘Od Sevdaha goreg jada nema’.

Ambos cincelan, en compañía de Beba, un trabajo con un sonido limpio y, pese al respeto a las raíces, moderno y brillante. En él manda nuestra pieza protagonista, cuyo título podríamos traducir al castellano como Dos palomas volaron. ¿Por dónde? Pues, exactamente, por encima del patio de nuestro narrador. Según él, una de ellas se posó sobre su jardín de rosas y, la otra, en su ventana. La primera opta por recolectar las flores; la segunda, por observarle. Sí, de acuerdo, nos encontramos ante un mensaje tan breve (cuatro frases) como enigmático y metafórico, pero hemos de reconocer que la melodía que lo envuelve es preciosa, repleta de absorbentes escalas que dotan de un aire oriental indiscutible a la pieza. El acordeón, sin duda, destaca de entre los instrumentos (también, esa guitarra que marca el ritmo), y acompaña, codo con codo, la voz de una Beba que modula de manera más que correcta. No es sencilla la línea melódica propuesta. Reparen en esas continuas subidas u bajadas. 

Aquí llega el Doctor.

Aunque parezca mentira, no nos encontramos ante una canción excesivamente frecuentada. Eso sí, curiosamente, también aquel 1979, Himzo Polovina la incluyó en su más que recomendable elepé Kliknu vila sa vrha Porima (Jugoton). En aquella ocasión, el Doctor se marcaba un homenaje excepcional con la ayuda musical del fenomenal Boki Milošević y su orquesta, y la producción deBlagoje Košanin. El texto incluía modificaciones y, además, se alargaba sin compasión incluyendo besos, jaulas y otros elementos. Una cosa más: No confundan esta composición con otra que podemos encontrar titulada como nuestra protagonista, como Dva goluba o como Poletela dva bijela goluba, y cuya estructura musical se basa en la universal Pogledaj me, Anadolko (también disponible como Oj djevojko, AnadolkoAnadolkoAnadolka…). Entrarían en un laberinto del cual no saldrían en meses. 

Se da la casualidad de que, tan solo un año antes, en 1978, el mismísimo Polovina había realizado una grabación junto a la orquesta de la radiotelevisión de la capital bosnia. Con un tempo más alegre, su dulzura es inmensa. Por último, en 2024, Alma Subašić, una de las nuevas voces más destacadas del género, incluyó una revisión pizpireta y fina en su flamante disco Sevdah del Alma. El elegante registro de la joven cantante, sin duda, nos reconforta con la humanidad.

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