
Por César Campoy.
Sí, no se han equivocado. Tan solo cuatro compases de 9/8, con sus repeticiones, son suficientes para dar forma a una nueva muestra de sevdalinka festiva y movida. Y, ¿quién mejor que una leyenda como Safet Isović para moldearla, en una de las interpretaciones más poderosas que se le recuerdan? Es cierto que las maneras de Safet sufren un evidente aumento del componente torrencial a partir de la segunda mitad de los 70 del siglo pasado. Desde entonces y, sobre todo, a medida que avanzan los 80, el artista tiende a exagerar sus contrastadas posibilidades vocales, y muchas de sus producciones llegan, incluso, a intimidar. Eso sí, en ocasiones como la que se nos plantea con Od danas te, draga, esa fuerza arrolladora le viene que ni pintada a un tema del cual tenemos referencias editadas, ya, a mediados de los 50. Sin ir más lejos, la cincelada por Ahmed Novalija (Jugoton, 1956), en compañía de la orquesta de tamburicas de Sava Mihajlović, bajo el título Od danas te, draga, ljubit’ više neću.
Eso sí, no fue la primera. Posiblemente, el honor recaiga en la grabada por Stanoje Todorović, ¡en 1908! (vía Gramophone Concert Record). Toda una delicia que aquí pueden escuchar. Cuando Isović se animó a afrontarla, en 1982, el de Bileća ya llevaba más de 25 años de carrera. Su fama era total, e incluso se había convertido en uno de los embajadores más populares del folklore sonoro de Yugoslavia en el extranjero. Aquel elepé llevaba por título (tonterías, las justas) Sevdalinke, y fue publicado por el sello Diskoton. Estaba plagado de temas tradicionales pasados, todos ellos, por el filtro de un Ismet Alajbegović Šerbo que se encargó de todo aquello relacionado con el aspecto musical; sobre todo, de los arreglos, de la dirección musical y de llevar por la senda adecuada a la orquesta de Radio Sarajevo. La producción, eso sí, fue cosa de Risto Svirkov, reputado referente que ya había trabajado con Safet y otros grandes como Zehra Deović, Beba Selimović, Zora Dubljević, Hanka Paldum, Hamid Ragipović Besko, Zaim Imamović o Himzo Polovina.
Como avanzábamos, Isović no se anda por las ramas. Desde el principio es empujado por la abrumadora introducción diseñada por un Ismet cuyas pinceladas de su acordeón van paseándose, como Pedro por su casa, a lo largo de toda la ejecución, mientras la voz de nuestro protagonista abarca todos y cada uno de los surcos, a partir de una fiereza atronadora. La misma que pocos intérpretes han sido capaces de abarcar a la hora de afrontar esta composición (nosotros recomendamos las versiones de la Selimović, Vukašin Jevtić, Zekerijah Đezić o la de Bora Spužić Kvaka, por peculiar) que podríamos traducir como Desde hoy, querida o, en su versión larga, Desde hoy, querida, ya no te amaré más. Por lo visto, una broma o comentario perdido, en torno a un posible flirteo, acabó creando un malentendido sin remedio ni solución. Así es el amor cuando se tontea en exceso con él.

